jueves, 22 de septiembre de 2011
lunes, 19 de septiembre de 2011
El soplo de la vida
Esta es la lista de los descendientes de Adán. Cuando Dios creó a los seres humanos, los hizo a su propia imagen. Los creó varón y mujer los bendijo y los llamó seres humanos el día en que los creó.
El ser humano siempre que reflexiona sobre sus orígenes llega a conclusiones parecidas. El códice chimalpopoca, que documenta la historia azteca o náhuatl -una cultura indígena muy antigua de México-, expresa que sus antepasados creían que Dios nos hizo de la tierra y que, para tener vida, había que tener energía propia.
Por eso, cuando les preguntaron cuál era su origen y de dónde venían, respondieron: "Venimos de donde sale el sol. Pasamos por encima del agua". Y ante la pregunta, ¿quiénes fueron sus primeros padres?, declararon: "Nuestra madre primera se llamó Oxomóco, "sobre-la-que-caminamos", y nuestro padre primero tuvo como nombre Cipactónal, es decir, "energía-que-nos-rodea"".
Observa la semejanza con los relatos del Génesis: hay luz y agua; Dios crea la tierra; hay un primer hombre y una primera mujer; la vida es energía, es poder. La diferencia está en que la Biblia relata que Dios creó todo y fue Él quien nos dio la vida y el poder de procrear y trabajar.
Gn 5 1-2
El ser humano siempre que reflexiona sobre sus orígenes llega a conclusiones parecidas. El códice chimalpopoca, que documenta la historia azteca o náhuatl -una cultura indígena muy antigua de México-, expresa que sus antepasados creían que Dios nos hizo de la tierra y que, para tener vida, había que tener energía propia.
Por eso, cuando les preguntaron cuál era su origen y de dónde venían, respondieron: "Venimos de donde sale el sol. Pasamos por encima del agua". Y ante la pregunta, ¿quiénes fueron sus primeros padres?, declararon: "Nuestra madre primera se llamó Oxomóco, "sobre-la-que-caminamos", y nuestro padre primero tuvo como nombre Cipactónal, es decir, "energía-que-nos-rodea"".
Observa la semejanza con los relatos del Génesis: hay luz y agua; Dios crea la tierra; hay un primer hombre y una primera mujer; la vida es energía, es poder. La diferencia está en que la Biblia relata que Dios creó todo y fue Él quien nos dio la vida y el poder de procrear y trabajar.
Fuente: La Biblia Católica para Jóvenes
Ed. Verbo Divino
Instituto Fe y Vida
viernes, 16 de septiembre de 2011
Salmo 137, 1
"Te doy gracias de todo corazón, porque me escuchaste. En presencia de los ángeles cantaremos tus alabanzas".
(Sal 137, 1)
La salud en Dios
"...Yacía una multitud de enfermos... Porque el ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado."
(Jn 5, 3-4)
Existía en el pueblo judío la creencia de que un ángel agitaba el agua de Betesda. Verdadera o no, lo más importante es ver la actitud de Jesús en los versículos que siguen al pasaje citado. Siente misericordia del hombre que hace treinta y ocho años que estaba enfermo y permanecía a la orilla de la piscina, sin tener quien lo colocase dentro. Jesús siente su dolor y no se contenta con sólo tener pena: hace algo por él. Muchas veces podemos ser el ángel soñado que tantos enfermos están esperando para obtener el alivio de su sufrimiento. Un remedio, una atención, una palabra amiga pueden tener un enorme poder curativo. Todo esto está a nuestro alcance; ¿Qué estamos esperando?
Fuente: Los cinco minutos de los Ángeles
Sérgio J. De Souza
Editorial Clarentina
martes, 13 de septiembre de 2011
jueves, 1 de septiembre de 2011
De los escritos de Santa Rosa de Lima
El salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad:
"¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación.
Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al
colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acre-
centamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la
medida de los carismas. Que nadie se engañe: esta es
la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz
no hay camino por donde se pueda subir al cielo!"
Oídas estas palabras, me sobrevino un impetu pode-
roso de ponerme en medio de la plaza para gritar con
grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cual-
quier edad, sexo, estado y condición que fuesen:
"Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de
Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os
aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones;
hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conse-
guir la participación íntima de la divina naturaleza, la
gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del
alma."
"¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación.
Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al
colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acre-
centamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la
medida de los carismas. Que nadie se engañe: esta es
la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz
no hay camino por donde se pueda subir al cielo!"
Oídas estas palabras, me sobrevino un impetu pode-
roso de ponerme en medio de la plaza para gritar con
grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cual-
quier edad, sexo, estado y condición que fuesen:
"Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de
Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os
aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones;
hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conse-
guir la participación íntima de la divina naturaleza, la
gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del
alma."
Fuente: www.corazones.org
Etiquetas:
Escritos Santa Rosa de Lima,
Santa Rosa de Lima